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yo no se si te conté que hay días que ODIO vivir en Buenos Aires. Como HOY, por ejemplo, que me desperté rodeada de agua, y no es una metáfora. Absolutamente TODA mi casa parece el lago del parque Gral. San Martín; flotan papeles, flota el DVD. Me cago en el mismísimo momento que me rehusé a vivir en un departamento para venirme a esta casa que se transforma en una laguna cada vez que llueve. estoyhistérica.
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Che, como son estos mendocinos! Uno les ofrece no sólo vivir en la gran ciudad , sino una casa con jacuzzi privado y se quejan. No, si este país así no va a salir a flote nunca.
ResponderBorrarSi te tuviera adelante te dará una piñadera que ni te cuento (piñadera: otra palabrita que aprendí por estos lados)
jaja che
ResponderBorraruna vez en una inundación en buenos aires, con mi mamá le tocamos el timbre a una señora para entrar a su casa (andábamos por la calle sin amparo), y una vez adentro, agarré un zapato y lo dejé ser, como si fuese un barquito
la señora no sabía cómo explicarme que el zapato no era más que eso, y algo preciado por ella.
osea, no sabía cómo hacer para no acogotarme.
al final lo rescatamos, al zapato.
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ResponderBorrarya sabemos: a malísimo malísimo tiempo, buenísima buenísima cara...
ResponderBorrarte ahorraron trabajo: ahora sólo tenés que subir al techo de tu casa y pintar el paisaje...
suri! me da mucha pena, nosotros los menducos somos bichitos de arcilla, como los primeros que hizo tata dios...tanta agua no nos hace bien...paciencia y besitos
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