por qué?

Hace unos 15 días estaba en Mendoza, sentada en el living de la casa de mi viejo, rodeada de amigos y gente, que me comentaban cuánto les cuesta ser reconocidos en la provincia con un arte que saliera de lo convencional.

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Me decían que tenían que emigrar para poder hacer, porque mi provincia no les daba posibilidad.

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Me contaban de la burocracia que viven para lograr un subsidio, para aportar una idea, para ser, para crear, para todo, Mendoza les cierra las puertas.

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Entonces yo me pregunto, porqué.

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Porqué en Mendoza sólo unos pocos pueden*. Los de apellido compuesto y familia legendaria. Los que se suman al convencionalismo, a las ideas preimpuestas, a las costumbres de antaño.

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Nunca me quejé de mi provincia. Amo Mendoza, con todo mi ser.
Pero muchas veces me avergüenza.

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Que tenés que tener un novio a los 15, para llegar virgen al matrimonio a los 23 (virgen pero cornuda). Que tenés que ser abogado, médico o contador, porque "con la creatividad no se come". Que Juancito se casó con Pepita y tienen 4 hijos y dos perros. Y que así se logra la felicidad. Andá a saber...

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Es cierto que Mendoza no le da posibilidades al que no ha nacido allí (muchas veces no se las da a los mendocinos de pura cepa, qué podemos esperar...). Incluso, me atrevo a decir, que al mendocino le molesta el turismo en cierta manera: esos* vienen a ensuciar nuestra ciudad, a molestar el descanso de nuestra siesta, a disfrutar lo que tanto nos costó tener*. Le molesta la gente que de otros lugares se instala en la provincia, con nuevos proyectos: mirá fulanito qué se cree, con esos aires de bodega renovadora, para bodegas ya tenemos la Giol*.

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Este fin de semana, como otros que ya pasaron, me dediqué en parte a chusmear (y si, soy mendocina, somos chusmas, hay que reconocerlo!) los blogs mendocinos (que ya pasaron a ser 2000 desde la última vez que lo hice) y me encontré con tantas cosas, tanto arte, tanta creación, tando deseo de expresarse, quedé fascinada.

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Ojalá mi provincia pueda encontrar un lugar para tantos, y que dejen de ser los pocos los que pueden.

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Algún día volveré (de paso dejo expresamente asentado aquí que deseo que mis cenizas sean esparcidas en algún lugar de la montaña, en Mza), pero soy consciente que no lo podré hacer, al menos, mientras mis amados mendocinos sigan encerrados entre 4 montañas, pensando que no se traicionan las tradiciones. El mundo cambió, el mundo evolucionó o involucionó, pero ya no es el mismo que hace 40 años atrás señora. Por favor, deje que nos expresemos, que innovemos, denos la oportunidad de hacer en nuestro lugar.

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No me quite la posibilidad de creer.
No se la quite a mis hermanos, señora Mendoza.





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* frases textuales que escuché alguna vez en mi ciudad...