4.12.10

Salir(me)

Siempre me costó encajar en grupos porteños.

Desde que llegué, hubo un nosequé que no me dejaba acercarme del todo.
Tal vez por esto tan arraigado que traía conmigo, el concepto de amistad como algo muy cerrado para mi círculo íntimo que no sentía necesario expandir.
No se, pero el caso es que siempre me costó.

También, siempre traté de cuidarme en las palabras que usaba sobre esta ciudad; aquí nació mi hija, mi madre, mi marido... este lugar que a mi no me gusta es "su" lugar, ha sido "nuestro" lugar, por más que yo reniegue de esta realidad cada día de mi vida.

Me ha pasado algo curioso: por primera vez, en 8 años de vida aquí, alguien recriminó mi desidia bonaerense. Casi una mandada a cagar, ponele.  Y con razón, claro. Si yo viviera en Mendoza y allí un porteño residente se la pasara tirando mierda de mi lugar, pues les armaría la valija de regreso.

Aun cuando no creo haber tirado mierda sobre esta ciudad, creo que este incidente es un paso más hacia mi vuelta. La verdad me cayó bastante mal, porque quien me conoce bien, en lo profundo, sabe que jamás podría tener la intención de dañar con algo así. Y bueno, claro, vuelvo a sentir que definitivamente, quizás no encajo. Porque puedo jurar que se muy bien lo que es amar el lugar en el que uno nació. Defenderlo, amarlo, cuidarlo. Cómo podría atentar contra esto?

Quiero que termine el 2010. Quiero comenzar mis nuevos proyectos. Necesito una dosis de aire natal, necesito llenarme de energía positiva, necesito alejarme de las malas ondas, de mis malas ondas, de mi enrosque oscuro de lejanía. Necesito un abrazo amigo, de corazón y sincero. Necesito sentirme en casa. Necesito sentirme comprendida. Necesito  hablar el mismo idioma de los otros. Necesito sentir olor a sol y viento zonda.

Necesito mi casita, en la montaña.




En Buenos Aires los zapatos son modernos
pero no lucen como en la plaza de un pueblo
Deja que tu luz chiquitita
hable en secreto a la canción
para que te ilumine un poco más el sol

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